Un fotógrafo de Alaska escuchó sonidos extraños provenientes de la terraza de su casa, así que fue rápidamente a ver qué sucedía, pero no se trataban de ladrones sino de animales que tenían patas muy grandes y pequeños pelos en las orejas.

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El fotógrafo Tim Newton de Alaska, Estados Unidos, estaba durmiendo cuando de pronto escuchó un extraño ruido de alguien corriendo que provenía del exterior de su vivienda, por lo que decidió inspeccionar su casa para ver qué o quién estaba haciendo esos ruidos.

«Me acerqué a la ventana, abrí un poco las cortinas y pude ver algo parecido a un gato», afirmó el fotógrafo a la cadena Channel 2, afiliada a la NBC. «Pero luego noté que tenía las patas muy grandes y pequeños pelos en las orejas. Entonces supe que probablemente era un cachorro de lince, no un gato común», señaló.

Realmente, cuando Newton abrió la puerta, lo que se topó fue con una mamá lince y sus siete crías; un hecho insólito, ya que los linces no suelen hacer demasiadas apariciones públicas, así que el fotógrafo no dudó en congelar el momento a través de sus instantáneas.

«Esos gatos se perseguían, se retozaban, se agachaban y corrían. Para adelante y para atrás, cruzando por la terraza durante media hora», contó el fotógrafo y afirmó, en broma, que llegó a la conclusión de que los linces «deben gastar alrededor del 1 % de su tiempo persiguiendo conejos, y el 99 % de su tiempo persiguiéndose entre sí».

Aunque se sabe que los linces son animales solitarios que tienden a huir de la vista de los humanos en un breve momento, no fue lo que le sucedió a Tim Newton, que disfrutó de los animales durante un buen rato.

H/T – Cuatro