«Esta técnica en el grano lunar tiene una sensibilidad y resolución tan altas que encuentras cosas que de otro modo no encontrarías y solo usas una pequeña parte de la muestra», dijo uno de los autores del estudio.

No dejes de ver:La NASA abre un contenedor con muestras de roca lunar que llevaba sellado desde…

Científicos de la Universidad de Chicago han revelado en un nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Meteoritics & Planetary Science, que han encontrado la posibilidad de analizar un grano de polvo lunar gracias a una nueva técnica que se llama ‘tomografía por sonda atómica’ (APT, por sus siglas en inglés), normalmente utilizada para mejorar procesos industriales como la fabricación de acero y nanocables.

«Podemos aplicar esta técnica a muestras que nadie ha estudiado», anunció Philipp Heck, el curador del Museo Field, profesor asociado de la Universidad de Chicago y coautor del artículo. «Es casi seguro que encontrarás algo nuevo o inesperado. Esta técnica tiene una sensibilidad y resolución tan altas que encuentras cosas que de otro modo no encontrarías y solo usas una pequeña parte de la muestra».

Para realizar la investigación, el equipo utilizó una muestra lunar que trajo la misión Apolo 17, que se llevó a cabo en 1972. Y aunque contiene 111 kilogramos de rocas lunares y tierra, el nuevo análisis solo necesito un grano lunar —casi igual de ancho como un cabello humano— para identificar productos de meteorización espacial, como hierro puro, agua y helio. El equipo sostiene que la extracción de esos recursos podría ayudar a los futuros astronautas a mantener sus actividades en el satélite.

«Estamos analizando rocas del espacio, átomo por átomo», dijo Jennika Greer, la primera autora del artículo y estudiante de doctorado en el Museo Field y la Universidad de Chicago. «Es la primera vez que se estudia una muestra lunar como esta. Estamos utilizando una técnica de la que muchos geólogos ni siquiera han oído hablar».

¿Cómo funciona?

Para analizar el material, Greer lo colocó dentro de la sonda atómica y lo golpeó con un láser para liberar los átomos uno por uno. Una vez desprendidos, los elementos químicos fueron atraídos hacia una placa detectora. Las sustancias más pesadas, como el hierro, tardaron más en llegar hacia ella, a diferencia de los elementos más ligeros, como el hidrógeno. El instrumento, a su vez, calculó el tiempo entre el disparo del láser y la llegada del átomo a la placa detectora y determinó el tipo de átomo y su carga. A partir de ahí, la científica pudo elaborar un mapa 3D, a nanoescala, con varios productos de meteorización espacial.

«Debido a algo como esto, entendemos cómo es el medio ambiente en la Luna. Va mucho más allá de lo que los astronautas pueden decirnos mientras caminan en la Luna. Este pequeño grano conserva millones de años de historia», dijo Greer.

«Miles de esos granos podrían estar en el guante de un astronauta, y sería material suficiente para un gran estudio», señaló la investigadora.

H/T – Actualidad