Su nombre significa ‘niña del amanecer’, y aunque la niña solo vivió durante seis fugaces semanas, ayudó a los científicos a descubrir más de lo que sabíamos sobre los primeros nativos americanos.

Sunrise girl-child («Xach’itee’aanenh T’eede Gaay») vivió hace unos 11.500 años en lo que ahora es Alaska. Su antiguo ADN desvela al mundo entero una población de personas olvidadas por la historia hace milenios.

«No sabíamos que esta población existía», comenta el antropólogo Ben Potter de la Universidad de Alaska Fairbanks.

Históricamente se cree que los primeros colonos estadounidenses cruzaron Alaska desde Siberia a través del puente de tierra de Beringia, un puente terrestre que quedó sumergido al final de la última glaciación.

Sin embargo, la niña de Alaska formaba parte de una población externa, distinta a las otras dos ramas que conocemos. Lo que está menos claro es quiénes eran estas personas, cuántos grupos hicieron el viaje y cómo se instalaron en el nuevo continente.

Los restos de la niña y los de otro antiguo bebé conocido como «Yełkaanenh T’eede Gaay» (niña crepuscular de amanecer), fueron encontrados por Potter y sus colegas en un sitio arqueológico del interior de Alaska llamado Upward Sun River durante unas excavaciones en 2013.

En el actual estudio, publicado en la revista Nature, los expertos exponen que el análisis genético del ADN de la niña muestra que pertenecía a un pueblo olvidado (Antiguos Beringianos), desconocido hasta ahora por la ciencia.

 

Lo que si es seguro es que la vida no habrá sido fácil para ellos con un clima tan extremo, pero la población en su conjunto, separada de aquellos que viajaron a otras partes del Nuevo Mundo, duró miles de años antes de ser finalmente absorbida por otras poblaciones de nativos americanos.

El nuevo descubrimiento deja claro que los primeros colonos de América tenían un linaje más diverso de lo que pensábamos.

H/T – Muy Interesante