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Un estudio demuestra que las personas que duermen mal tienen tres veces más riesgo de sufrir una enfermedad cardíaca. La salud del sueño podría ser una herramienta predictiva de la salud del corazón.

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La presión arterial y el colesterol elevados, el tabaco o el sedentarismo son factores de riesgo cardiovasculares conocidos.

A la lista habría que añadir dormir mal. Un estudio publicado en la revista Scientific Reports liderado por Soomi Lee, profesora de estudios sobre el envejecimiento de la Universidad del Sur de Florida, revela que la falta de sueño puede aumentar hasta un 141% el riesgo de enfermedad cardiaca.

Hay una gran variedad de enfermedades cardiacas, pero la causa más común es el estrechamiento o bloqueo de las arterias coronarias, que son los vasos sanguíneos que suministran sangre al corazón.

Nos referimos a la enfermedad de las arterias coronarias y se desarrolla lentamente con el paso del tiempo. Los factores que contribuyen a ello son varios: la edad (el envejecimiento daña y estrecha las arterias); la presión arterial, el colesterol y el azúcar en sangre altos; la obesidad o el tabaquismo. La enfermedad de las arterias coronarias es la principal causa de infarto.

Existen otros tipos de enfermedades cardiacas: las que se originan en las válvulas del corazón; la insuficiencia cardíaca, que hace que el corazón no lata bien; o los defectos de nacimiento que pueden afectar al corazón.

ANALIZAR LA SALUD DEL SUEÑO

El estudio realizado por la Universidad del Sur de Florida (USF) revisó los datos de 6.820 personas con una edad promedio de 53 años que explicaron al detalle cómo dormían y facilitaron su historial de enfermedades cardíacas.

Entre los participantes, 633 también llevaban un dispositivo de investigación (actigrafía) alrededor de la muñeca que capturaba la actividad del sueño.

Los investigadores tuvieron en cuenta múltiples aspectos de la salud del sueño como la regularidad, el estado de alerta durante las horas que estaban despiertos, si les costaba conciliar el sueño, las horas que dormían, si el descanso era reparador…

En cuanto a la salud cardiovascular, los investigadores tuvieron en cuenta si el médico les había diagnosticado afecciones como arritmias, soplo cardíaco o agrandamiento del corazón. También se tuvieron en cuenta los antecedentes familiares de enfermedades cardíacas y otros factores de riesgo cardiovascular como el sexo, el tabaquismo, la depresión y la actividad física.

¿Tienes mucho sueño de día aunque duermas toda la noche?

Analizaron todos los aspectos del sueño y los vincularon con el riesgo cardíaco. Y descubrieron que cada aumento adicional en los problemas de salud del sueño se asoció con un riesgo un 54% mayor de enfermedad cardíaca.

En los que llevaban el dispositivo en la muñeca (que hace un registro más fiable) el riesgo era hasta un 141% mayor.

CUIDAR EL SUEÑO PARA CUIDAR EL CORAZÓN

«Este es uno de los primeros estudios que muestra que, entre las personas que no tienen problemas salud en la mediana edad, los que duermen mal tienen más riesgo de enfermedad cardíaca», apunta Soomi Lee, profesora de la USF.

Por tanto, medir todos los aspectos de la calidad del sueño de forma precisa (no solo las horas que se duermen, sino la dificultad para conciliar el sueño o si ese sueño es reparador y te notas descansado de día) es una herramienta útil para mejorar la predicción de enfermedades del corazón.

Cómo duermes es, por tanto, un factor que nos puede alertar de un probable riesgo de enfermedad cardíaca. Pero la ventaja es que se puede modificar.

Si te cuesta conciliar el sueño, tienes despertares a lo largo de la noche o amaneces cansado, lo primero que deberías hacer es averiguar la causa que te desvela. En la mayoría de los casos es el estrés, pero también pueden haber patologías como la apnea del sueño o las piernas inquietas. Las enfermedades que cursan con dolor también afectan en gran medida al sueño. En cualquier caso, tratar la causa del insomnio es el primer paso para recuperar el sueño.

Es importante poner en práctica unas normas básicas de higiene del sueño: mantén unos horarios de sueño (incluso el fin de semana), evita las pantallas al menos una hora antes de dormir, duerme sin ruidos ni luz, evita los excitantes como el café a partir de media tarde y las cenas copiosas, y haz ejercicio por la mañana.

Estos buenos hábitos facilitarán unos niveles óptimos de melatonina, la hormona que se activa con la oscuridad y favorece el sueño.

H/T – Sabervivirtv