Astrónomos afirmaron que este grupo de galaxias se formó menos de mil millones de años después del Big Bang.

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Un grupo de astrónomos se apoyó en el telescopio de largo alcance denominado Very Large Telescope, del Observatorio Europeo del Sur (ESO, por sus siglas en inglés) y logró hallar seis galaxias en torno a un agujero negro supermasivo. La estructura se formó menos de mil millones de años tras el Big Bang.

En un documento publicado este jueves 1 de octubre por ESO, Marco Mignoli, astrónomo del Instituto Nacional de Astrofísica (INAF) de Bologna, Italia, quien lideró el estudio, comentó que el objetivo de la investigación fue «entender algunos de los más desafiantes objetos astronómicos» como los «agujeros negros supermasivos en los orígenes del Universo».

«Son sistemas extremos y hasta la fecha no hemos tenido una buena explicación sobre su existencia», sostuvo. En ese sentido, la investigación apoya la teoría de que pueden crecer rápidamente dentro de grandes estructuras en forma de red que contienen mucho gas para alimentarlos.

Las observaciones realizadas revelaron la existencia de seis galaxias en una especie de telaraña de gas 300 veces más grande que la Vía Láctea. La luz que surge de esa estructura de red, de mil millones de masas solares, se formó cuando el Universo tenía ‘solo’ 900 millones de años.

«Los filamentos de la red cósmica son como hilos de telaraña. Las galaxias se paran y crecen donde se cruzan los filamentos, y las corrientes de gas, disponibles para alimentar tanto a las galaxias como al agujero negro supermasivo central, pueden fluir a lo largo de los filamentos», explicó Mignoli.

Por su parte, Roberto Gilli, astrónomo del INAF y coautor del estudio, agregó que el trabajo colocó «una pieza importante en el rompecabezas en gran parte incompleto que es la formación y crecimiento de objetos tan extremos, pero relativamente abundantes, tan rápidamente después del Big Bang».

Más interrogantes

Entre las incógnitas que los agujeros negros plantean aún a los científicos surge el interrogante de cómo pudo haber estado disponible gran cantidad de «combustible de agujero negro» para permitirles crecer tanto en poco tiempo.

Una explicación podría brindarla la nueva estructura descubierta, ya que la telaraña y las galaxias contenidas en ella tienen suficiente gas para alimentar al agujero negro central y convertirlo rápidamente en un gigante supermasivo.

Sin embargo, aflora entonces otra incógnita: ¿cómo se formaron esas grandes estructuras de red? La clave estaría en los halos gigantes de materia oscura, ya que habrían sido los responsables de haber atraído una enorme cantidad de gas en el inicio del Universo.

Entonces, el gas más la materia oscura invisible forma las estructuras de red en las que las galaxias y los agujeros negros pueden evolucionar.

Pese al descubrimiento realizado, la coautora del estudio Barbara Balmaverde, astrónoma del INAF, aseguró que se trató solo de la «punta del iceberg», y que las galaxias halladas alrededor del agujero negro supermasivo «son solamente las más brillantes».

H/T – RT