Unos expertos del Museo argentino de La Plata y del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) encontraron dos fósiles en la Antártida que pertenecen a los húmeros de una especie de pingüino diminuto de 35 centímetros que vivió hace 34 millones de años.

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Después de treinta años de expediciones a la Antártida, un equipo de investigadores que trabaja con Carolina Acosta, experta de las entidades y autora de un estudio anterior que probó la existencia de pingüinos de alrededor de dos metros de altura en la misma zona, los paleontólogos encontraron el ave de esta especie, la más pequeña de la que se tiene registro.

«Los fósiles de pingüinos son muy comunes en este lugar, estudiamos constantemente diferentes especies, pero es la primera vez que nos topamos con uno tan chiquito», especificó la doctora, quien añadió que esta nueva especie recibe el nombre de «Aprosdokitos Mikrotero», que significa «inesperado minúsculo».

El descubrimiento ocurrió en la isla de Marambio en el año 2012, donde ahora residen pingüinos de unos 70 u 80 centímetros, según Acosta, quien además destacó que en el momento en el que existieron estas aves convivían con otra clase que medía alrededor de dos metros.

El análisis de los fósiles determinó que los expertos habían hallado una especie descendiente de los primeros pingüinos que arribaron a las costas suramericanas y se asentaron en Chile y Argentina y que luego se trasladaron hasta Perú.

«Los huesos más pequeños que se habían encontrado allí hasta el momento doblaban en tamaño a estos», indicó la experta de Conicet.

Sin embargo, aún queda por investigar los aspectos sobre su vida cotidiana, debido a que no se sabe por qué comían o cómo sobrevivieron a las bajas temperaturas de la Antártida y a otras especies muy superiores en tamaño.

«Normalmente los pingüinos pequeños se alimentan de peces, o como mucho, de crustáceos y krill», dijo la paleontóloga, pero al haber encontrado únicamente los húmeros de las alas y no otras partes del cuerpo como el cráneo o el pico, se «complica» deducir cuál era su fuente de alimentación.

Hoy en día, en una isla cercana a Marambio existen pingüinos Emperador, la especie más grande viva, que mide entre un metro y 1,20 centímetros.

Durante las expediciones que el equipo de Acosta realiza a estas islas cada año en temporada de verano, han descubierto diferentes huesos fosilizados de pingüinos, por lo que la doctora insistió en la necesidad de estas excursiones para seguir estudiando y aprendiendo sobre estas aves.

H/T – Los Tiempos