La inhumación de la tumba formaba parte de un cementerio germánico del mismo período, que se conservó en buen estado gracias a la capa de tierra de más de un metro que lo cubría, que actuó como protección.

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Un complejo entierro de un noble germánico correspondiente al período de las grandes migraciones europeas de los siglos IV-VI fue excavado a unos 200 kilómetros al suroeste de Berlín.

La inhumación fue encontrada por casualidad durante unas obras de construcción cerca del pueblo de Brucken-Hackpfuffel. Datada más precisamente de un periodo entre los años 480 y 530, la tumba contiene una gran caldera de bronce rodeada por seis esqueletos femeninos.

Hasta el momento no se han podido localizar los huesos de la persona para la que se construyó la tumba, pero los investigadores sugieren que es posible que hubiera sido incinerada y sus restos colocados en la caldera.

La tumba formaba parte de un campo funerario junto con casi 60 otras sepulturas de la misma época. En ellas, se descubrió un rico ajuar funerario.

En particular, los arqueólogos hallaron una copa y un espiral de carretel de vidrio, una fíbula —o broche— chapada de plata, una espada y un escudo. Además, se identificó una moneda de oro con el retrato del emperador bizantino Zenón, acuñada en 480. Los investigadores resaltan el carácter sofisticado de los objetos.

«Las piezas de vidrio provienen de los talleres galorromanos a lo largo del Rin, solo ellos dominaron esta tecnología», comentó a la agencia DPA el arqueólogo Arnold Muhl.

Al mismo tiempo, precisó que las fíbulas indican la procedencia de las personas enterradas en el cementerio. «Los broches […] podrían asignarse a las tribus germánicas de los longobardos, alamanes y turingios», señaló el científico.

El perfecto estado de los hallazgos se debe a que el campo funerario se mantuvo intacto a lo largo de 15 siglos gracias a que está ubicado en una depresión natural.

«Con el tiempo, llegó a cubrirlo una capa protectora de hasta 1,20 metros de tierra. Es una circunstancia fantástica, porque ningún arado dañó estas tumbas y desde la superficie no se podía ver nada», explicó la directora del proyecto, Susanne Friederich, del Museo Estatal de la Prehistoria, en la ciudad de Halle.

Se espera que los restos encontrados cerca de Brucken-Hackpfuffel ofrezcan valiosa información sobre la vida durante el período de las grandes migraciones en el continente europeo.

«Es uno de los hallazgos más sensacionales de los últimos 40 años en Alemania», resaltó Friederich la importancia del descubrimiento.

H/T –  Actualidad