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Un equipo internacional de paleontólogos ha descrito un esqueleto fosilizado «casi completo» de un tiburón Asteracanthus de hace 150 millones de años hallado en Alemania, según un comunicado de la Universidad de Viena.

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El fósil fue descubierto en roca caliza en un sitio famoso de Solnhofen, en Baviera, donde ya fueron encontrados en su día el primer archaeopteryx y otros esqueletos de tiburones y de rayas. El fósil se formó en una laguna tropical-subtropical durante el periodo Jurásico Superior, hace unos 150 millones de años.

El esqueleto, que se ha conservado casi entero, se corresponde a un extinto tiburón hibodontiforme Asteracanthus, cuya longitud total alcanzó dos metros y medio, lo que lo convertía en un gigante entre los escualos del Jurásico.

Los hibodontiformes, que son los parientes más cercanos de los tiburones y rayas actuales, habitaban los océanos desde el final del Devónico, hace unos 361 millones de años, y se extinguieron con los dinosaurios a finales del Cretácico, hace unos 66 millones de años.

Debido a que los tiburones reemplazan sus dientes durante toda su vida, las piezas dentales de peces cartilaginosos se encuentran entre los hallazgos de vertebrados fósiles más frecuentes. Sin embargo, los esqueletos de los peces cartilaginosos tienen una vida corta y desaparecen por completo si no se encuentran en condiciones especiales (como en depósitos de piedra caliza), lo que los convierte en un tipo de hallazgos muy importantes para la ciencia.

El tronco y las aletas de Asteracanthus estaban cubiertos de dentículos dérmicos. El pez fosilizado tenía un hocico corto, disponía de más de 150 dientes y presentaba dos pares de espinas en la cabeza. Sus distintas hileras de dientes actuaban de forma simultánea: la delantera, probablemente, le servía para capturar presas, mientras que las laterales y traseras las trituraban.

Esta especie fue clasificada hace 180 años por el biólogo suizo-estadounidense Louis Agassiz sobre la base de espinas de la aleta dorsal, pero hasta ahora nunca se habían encontrado restos esqueléticos articulados.

Las aletas del animal estaban dispuestas de tal forma que los científicos asumieron que los Asteracanthus eran nadadores bastante lentos. Sin embargo, probablemente fueron depredadores activos que cazaban una amplia variedad de animales, debido a su «tipo especializado de dentición», explica Sebastian Stumpf el autor principal del estudio publicado en Papers in Palaeontology.

H/T – Caraotadigital