Pasa muchas veces que nos proponemos salir a caminar como rutina para quemar calorías, pero hay días en que el cansancio o la flojera te invaden, pero ya no te preocupes, esos días puedes darte un buen baño de agua caliente y listo.

Sí, suena fácil y sin esfuerzos ¿verdad? Pero así es, según un nuevo estudio orientado a controlar mediante formas pasivas los niveles de azúcar en sangre para pacientes con diabetes tipo dos, realizado por las universidades de Loughborough y Leicester y publicado por Daily Mail.

Los gimnasios, el running y el fitness, entre otros, están muy de moda, pues nos encontramos en la era de alcanzar el peso ideal y la cultura actual es en base al ejercicio físico, pero ahora hay una nueva forma de adelgazar sin hacer ejercicios.

No se trata de máquinas especiales ni dietas aterradoras, simplemente de darse un buen baño de agua caliente, debido a que a través de esto, los participantes de dicho estudio aumentaban su gasto de energía.

De esta forma, lo que empezó siendo un estudio para encontrar nuevas formas de controlar la diabetes terminó arrojando unos resultados sorprendentes, pues los investigadores concluyeron que el calor puede aumentar la cantidad de calorías que quema una persona y, además, reducir notablemente los picos de azúcar en sangre.

Los diez participantes se sumergieron durante una hora a 40°C, mientras se les monitorizaban los niveles de glucosa; se hizo un seguimiento de los mismos en las siguientes 24 horas y durante otra jornada, hicieron ejercicio durante el mismo período de tiempo en una bicicleta estática, a una intensidad que pudiera aumentar su temperatura corporal un grado; la misma subida que había provocado el baño caliente en la fase anterior.

Con esto se pudo comprobar que los participantes aumentaban su gasto de energía en hasta 126 calorías durante el baño, equivalente a la cantidad que se quema tras media hora caminando.

Steve Faulkner, director del estudio, aseguró haberse sorprendido con los resultados: «Descubrimos que los participantes, cuando se bañaban tenían los niveles de glucosa máximos más bajos que cuando hicieron ejercicio; en concreto, de media, un 10%, lo que resultó ser completamente inesperado”.

Pues el baño puede favorecer la liberación de proteínas de choque térmico, lo que ayuda a mantener estables los niveles de azúcar en la sangre: “La cantidad de azúcar en nuestra sangre se eleva después de una comida. Ese es uno de los marcadores de riesgo para algunas enfermedades, como por ejemplo, para el desarrollo de la diabetes tipo 2. Por ello, todo lo que se pueda hacer para mantenerla en unos niveles adecuados puede ser bueno para nuestra salud”, explica Faulkner.

Sin embargo, también aconseja que: “aunque estos hallazgos son interesantes, siempre animamos al aumento de la actividad física y a realizar ejercicio como las mejores maneras de mantener una buena salud”.

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H/T – Daily Mail