Lo cierto es que los drones poseen infinitas aplicaciones, pero la más satisfactoria, sin duda, es su uso en labores de auxilio y salvamento; actualmente, se usan drones para asistir en accidentes en lugares de difícil acceso, o para entregar mercancías allí donde los coches o los helicópteros no pueden llegar.

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Sin embargo, tienen un pequeño problema y es que son caros de fabricar, además que su batería es muy limitada; así solo pueden recorrer pequeñas distancias y en muchas ocasiones son útiles para realizar una misión, pero luego no pueden regresar.

Así que DARPA, una agencia militar estadounidense que creó Internet en los años 60 del pasado siglo, ha diseñado unos drones desechables de cartón que solucionan este problema, así serán económicos de fabricar, y como no llevan motor su hardware es mínimo.

¿Cómo funciona? Pues al carecer de motor, estos drones médicos serán lanzados desde un avión. No se tratan de simples planeadores, ya que disponen de un pequeño miniordenador y sensores en las alas que permiten guiarlos hasta el punto de destino elegido, y son capaces de buscar una zona despejada para aterrizar.

Además, al no incluir un motor y una batería, tienen más espacio para poder transportar medicinas y vacunas. El escaso precio de los materiales y el miniordenador permite que sean desechables.

Esta iniciativa ya se encuentra en la fase de prueba y si todo va bien se usarán para entregar materiales en zonas aisladas de Ruanda, en África.

DARPA está trabajando junto con OtherlLab, la empresa que fabrica los drones, en un material extraido de unos hongos que permitirá crear drones 100% reciclables: cuando aterricen en el suelo, se desintegrarán en unos pocos días, sin contaminar.

H/T – ComputerHoy