Se trata del Critterati, el primer hotel de lujo para perros del sur de Asia, donde los canes son tratados a cuerpo de rey con camas mullidas, spa, veterinario las 24 horas y cerveza sin alcohol importada.

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En la ciudad de Gurgaon, unos 30km al suroeste de Nueva Delhi, San Bernardos, Ihassa apsos y Labradores disfrutan de unas atenciones con las que los 30 millones de perros errantes de India ni siquiera pueden soñar, en el primer hotel de lujo para perros llamado Critterati.

Su fundador, Deepak Chawla, trabajó durante tres años y medio para poder abrir su hotel, movido más por su amor por los perros que por una perspectiva de rentabilidad.

En el hotel Critterati, a los dueños de los canes se les llama “padres” y el cliente de cuatro patas tiene acceso a cafetería, piscina, peluquería y un salón de masajes.

Allí una suite podría alcanzar un costo de 70 dólares por una noche, en el mencionado establecimiento de gama alta; tiene una alta comodidad y es muy superior a la de otros refugios caninos.

“Ningún propietario de perro decente quiere dejar” a su animal en una perrera tradicional, explica Deepak Chawla, el empresario que abrió este establecimiento hace cuatro meses.

La suite más grande tiene una cama gigante con una cabecera cubierta de terciopelo, un televisor y una trampilla que da acceso a un balcón privado. En cuanto a la cafetería, además de alimentos tradicionales como pollo y arroz, los canes pueden elegir entre panecillos, tortitas y helado. El sabor a beicon es uno de los favoritos de los huéspedes.

Mientras tanto, Ashish Arora directivo de una cadena hotelera no escatima gastos para su labrador Rubo, al que lleva en brazos. “Gasto bastante. Me da igual, es como gastar dinero para un hijo. El dinero no es algo importante, y esto merece la pena”, asegura.

El día “comienza a las siete de la mañana con un paseo para que hagan sus necesidades, luego llega el desayuno, después otro paseo, luego juegan durante unas dos horas, un poco de natación, más juegos y un rato en la cafetería”, explica Chawla.

Los amigos del dueño del hotel le habían avisado de que los animales podrían destruir las lujosas camas de su establecimiento. Pero “después de las siete de la tarde, ya no tienen energía para romper o ensuciar nada, sólo duermen”, asegura.

“Me encanta la idea de permitirle vivir lo que vivimos nosotros. Creo que debería estar tan mimado como nosotros”, un animal es más leal que los humanos. Harían cualquier cosa por nosotros, así que se lo merecen”.

H/T – Laverdadnoticias