Los expertos sostienen que el agotamiento de la capa de ozono aumentó la radiación ultravioleta, lo que provocó la extinción del 80 % de las especies animales sobre la faz de la Tierra.

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Un grupo de científicos británicos cree que la extinción masiva del Devónico tardío, ocurrida unos 360 millones de años, pudo haberse producido por el agotamiento de la capa de ozono a causa del calentamiento global, según un artículo publicado este miércoles en la revista Science Advances.

El equipo de investigadores recolectó muestras de rocas en Groenlandia, que en aquella época estaba más cerca del ecuador, y las estudiaron en busca de esporas de plantas fosilizadas. De este modo, descubrieron que muchas de ellas presentaban signos de daño por radiación ultravioleta.

Los expertos sostienen que lo que pasó fue que el calentamiento global debilitó la capa de ozono, hecho que aumentó la radiación ultravioleta que baña la superficie del planeta y, a su vez, destruyó una gran cantidad de plantas.

Como la flora constituye la base de la red alimenticia del mundo animal, esto tuvo un efecto devastador en los herbívoros, que desaparecieron, lo que provocó la ulterior extinción de los carnívoros que se alimentaban de estos. En total, se calcula que el 80 % de las especies animales desaparecieron de la faz de la Tierra a causa de esta situación.

Un estudio de 2018 señaló que el agotamiento de la capa de ozono que hace unos 252 millones de años provocó la extinción masiva del Pérmico-Triásico fue debido a una gran actividad volcánica. Sin embargo, los científicos británicos afirman que esta hipótesis no es válida para el Devónico tardío, pues no hay constancia de que hubiera volcanes en dicha época. Tampoco hay registro de impactos importantes de asteroides. No obstante, no descartan que el ozono se agotara por otro motivo.

La preocupación de los investigadores ahora es qué es lo que le puede suceder a la Tierra si no somos capaces de frenar el calentamiento global. «Las estimaciones actuales sugieren que alcanzaremos temperaturas globales similares a las de hace 360 millones de años», explicó John Marshall, miembro de la Universidad de Southampton y coautor del estudio.

Marshall considera que esto expondría la vida marina superficial a una radiación mortal. «Esto nos llevaría del estado actual de cambio climático a una emergencia climática», concluyó el científico.

H/T –RT