Las moscas siempre se han considerados como uno de los insectos más molestos y poco higiénicos, ahora un estudio revela que pueden ser más peligrosas de lo que creemos.

La investigación publicada en la revista ‘Scientific Reports’ señala que moscas y moscardones transportan en sus cuerpos centenares de especies de microorganismos patógenos potencialmente peligrosos para la salud. Los expertos aseguran que los ejemplares que viven en las ciudades transportan más cantidad de este equipaje nocivo que los del campo o los establos de las granjas.

Para llegar a esta conclusión, el equipo internacional de investigadores estudió los microbiomas de 116 moscas y moscardones de tres continentes y entornos variados. Gracias a esto, comprobaron que en muchos de ellos viven centenares de especies de microorganismos causantes de enfermedades, entre ellos Helicobacter pylori, una bacteria que puede causar úlceras e incluso cáncer de estómago. Los especialistas piensan que este microorganismo se transmite a través del agua y los alimentos contaminados, pero hasta ahora no se había documentado que las moscas actuaran como medio de transporte del peligroso patógeno.

Anteriormente se había determinado que estos insectos favorecen la propagación de infecciones, pero este estudio en particular profundiza en la forma en que ocurre el proceso. Por ejemplo, el uso de microscopios electrónicos de barrido ha descubierto que las patas son la parte de su cuerpo que transfiere la mayor parte de los microbios de unas superficies a otras. Las alas son otro apéndice que presenta una gran diversidad microbiana. La realidad es que las moscas actúan como lanzaderas de patógenos, a los que llevan de un sitio a otro.

Esto es posible gracias a que estos molestos insectos voladores, pertenecientes al orden de los dípteros, son los primeros en llegar a los cadáveres, la materia orgánica en descomposición y las heces, donde se alimentan y ponen sus huevos. Es allí donde adquieren la mayor parte de los microorganismos que luego transportan por el aire para depositarlos en huéspedes como humanos, animales y plantas.

Donald Bryant, de la Universidad Penn State (Estados Unidos) y director de esta investigación, explica que “las moscas pueden ayudar a la transmisión rápida de patógenos durante los brotes infecciosos”, y piensa que las autoridades sanitarias deberían contemplar esta posibilidad.

Sin embargo, no todo es malo en estos insectos. Los investigadores sugieren que pueden ser usados en nuestro provecho. Si se sueltan en algún lugar, se alimentan de la carroña de la zona y adquieren una muestra completa de los microorganismos de esta. Capturarlos y analizarlos después serviría para detectar la presencia de patógenos locales que podrían desencadenar enfermedades, y para controlarlos antes de que se extendieran.

H/T – Muy Interesante