A pesar de que la región de McMurdo, en la Antártida es uno de los lugares mas secos del mundo, alberga una catarata que expulsa agua de color rojo y que lleva por nombre «Cataratas de Sangre».

En el año 1911, un geólogo australiano llamado Thomas Griffith Taylor, halló al este de la Antártida un flujo rojo situado en la lengua de un glaciar, el cual fue nombrado por él como el Glaciar Taylor, los primeros exploradores atribuyeron el color rojo a las algas rojas, aunque posteriormente se ha demostrado que el fenómeno se produce a causa de la presencia del óxido de hierro. Esta fuente de agua salada de color rojo intenso es emanada ocasionalmente y tiene el aspecto de una herida abierta.

Un estudio publicado en Nature Communications, llega a la conclusión de que el fenómeno puede tener su origen en grandes depósitos de agua subterránea salada y extremadamente fría, asimismo plantea que estas aguas podrían albergar vida microbiana extremófila, lo que aporta un avance en la búsqueda de vida en el Sistema Solar. NASA Astrobiology Institute, plantea la posibilidad de que en Marte y Europa (la luna de Júpiter completamente cubierta de hielo), alberguen ambientes líquidos de agua subglaciales que permitan el desarrollo de formas elementales de vida, debido a que su profundidad permitirían la protección de la radiación ultravioleta y cósmica que se encuentra en la superficie.

Foto por: Peter Rejce, National Science Foundation (2006).
Foto por: Peter Rejce, National Science Foundation (2006).

H/T – Nature Communications