Un matrimonio ha comprado la famosa casa embrujada de Harrisville cuya escalofriante historia es narrada en El Conjuro. La pareja no puede esperar para convertirla en un sitio turístico.

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Se trata de Cory y Jennifer Heinzen son un matrimonio con este peculiar gusto hacia lo paranormal y acaban de llevar a cabo el negocio de sus vidas: han comprado la casa embrujada de Harrisville en Rhode Island, famosa por ser el centro del relato en El Conjuro de James Wan, y están completamente dispuestos a abrirla de manera público cobrando una módica cantidad por visitante, claro.

De acuerdo con Sun Journal, los Heinzen llevan mucho tiempo interesados en los fenómenos paranormales. Su obsesión con la casa de Harrisville llegó a un punto sin retorno, en la web fue puesta en venta y ellos se aventuraron a efectuar el trato en el primer llamado. Por el momento la propiedad se encuentra en una fase de reparaciones pero lo nuevos dueños aseguran que los espíritus continúan en el lugar y son abundantes.

Cory Heinzen se ha dedicado a la investigación paranormal por más de una década y es un ferviente entusiasta del terror más puro. Las palabras concedidas a los medios dejan en claro su gran emoción por compartir la propiedad con el mundo.

Por su parte, Jennifer Heinzen también habló sobre la experiencia que representa ser la propietaria de la casa de Harrisville:

Todo este viaje ha sido aterrador y emocionante por muchas razones más allá de lo paranormal. Me encanta que tengamos la oportunidad de compartir el hogar con otras personas», dijo la mujer.

La historia de la casa embrujada tuvo en su momento como residentes a la familia Perron, quienes son retratados en El Conjuro como las víctimas de una terrorífica manifestación cuyo objetivo es deshacerse de la madre.

La historia real contada por una de las hijas del matrimonio Perron, Andrea, señala que la casa efectivamente se encuentra habitada por espíritus, pero la mayor parte de ellos son benignos; en sus relatos incluye almas que simplemente se ponían a barrer el piso, a oler las flores, o a cuidar de las personas que habitaban el hogar; otra buena cantidad de ellos ni siquiera reparaban en la presencia de personas en la casa.

Cory Heinzen le compró la propiedad a Norma Sutcliff, antigua dueña quien en 2015 demandó a Warner Bros por las constantes visitas indeseadas que sufrían ella y su esposo de personas curiosas que tenían como objetivo ser testigos de eventos paranormales, todo como resultado de la fama de la película dirigida por James Wan.

La pareja se molestó en colocar letreros de “no pasar” pero los intrusos simplemente los ignoraban, incluso se dio un caso de un grupo de personas que trató de ingresar a la casa a las tres de la mañana. Lo irónico de la situación es que Cory Heinzen fue una de las personas que visitaba el lugar de manera recurrente para toparse con algún espíritu.

H/T – Cactus24