Vamos a decir la verdad y es que todos, alguna vez, nos hemos llevado el teléfono al baño, pero después de leer esto ya no lo volverás a hacer.

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De acuerdo a un estudio internacional de Rentokilnitial, expertos en higiene ambiental, al menos un tercio de los trabajadores usan sus smartphones en el baño de la oficina, facilitando de esta forma, la proliferación de gérmenes y enfermedades en la misma.

El estudio, realizado entre 5.000 personas de Reino Unido, Francia, Alemania, Australia y Malasia, entre otros países, analiza los hábitos de lavado de manos en los entornos de oficina. Entre los principales hallazgos destacan que un 35% de los escuestados leen en el baño de la oficina o navegan por internet, el 18% juega con sus smartphones al Candy Crush o PokemonGo, el 13% actualiza su estado en redes sociales  y el 12% suele llevarse comida o bebida.

El 84% de los entrevistados asegura lavarse las manos luego de visitar el baño, mientras que el 27% afirma que se lava las manos durante más de 20 segundos y casi la totalidad de los trabajadores afirmaron tener hábitos poco higiénicos, como leer o navegar por internet al mismo tiempo que usan el baño.

Para la doctora Lisa Ackerley, especialista en higiene ambiental por el chartered Institute of Envionmental Health del Reino Unido: «Manipular un teléfono inteligente o un periódico en el baño puede parecer un buen pasatiempo, pero el peligro reside en que los gérmenes se transfieren fácilmente de las manos sin lavar a los objetos que se utilizan de forma rutinaria durante todo el día. Cuando los trabajadores limpian con sus manos sus teléfonos o simplemente los manipulan antes de lavarse las manos, estos teléfonos se convierten en un depósito fantástico para los gérmenes, bacterias y virus que volverá a contaminar incluso las manos ya lavadas y limpias, lo cual se traduce en que los gérmenes pueden expandirse fácilmente por la oficina. Los gérmenes también se dispersan rápidamente por el aire cuando se tira de la cadena, por lo que un smartphone que está cerca de la taza de baño es fácilmente contaminable”.

Así, una sola bacteria es capaz de multiplicarse en más de ocho millones de células en menos de 24 horas y las manos de los trabajadores pueden entrar en contacto con 10 millones de bacterias al día.

Estos malos hábitos demuestran que cada vez los gérmenes se extenderán más y más rápidamente, aumentando así el número de resfriados y otras infecciones en el entorno de la oficina, especialmente durante los meses de invierno, cuando el norovirus y las pandemias de gripe son más frecuentes.

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H/T – Informe21