De liberarse los virus que duermen en el Ártico, podrían causar una epidemia que sería “más catastrófica” que el desastre nuclear de Chernobyl.

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Es la ciudad más fría de la Tierra, pero por culpa del calentamiento global eso está cambiando y los efectos podrían ser desastrosos para a humanidad. Siberia está en el centro de la preocupación de los científicos por el constante derretimiento del permafrost -la capa de suelo permanentemente congelado- y las enfermedades prehistóricas que ahí están contenidas.

Las elevadas temperaturas que ha registrado la ciudad rusa en los últimos años mantienen en alerta a la comunidad internacional porque de liberarse los virus que ahí duermen, podrían causar una epidemia que sería “más catastrófica” que el desastre nuclear de Chernobyl.

Según los investigadores, en el permafrost siberiano, donde hay animales prehistóricos enterrados, existen esporas de ántrax y otras enfermedades antiguas las que son capaces de reproducirse y propagarse a temperaturas tan bajas como los 15º.

Cabe mencionar que en 2016 el derretimiento de la capa congelada provocó un brote de ántrax, que provocó la muerte de miles de renos y obligó a la hospitalización de cientos de personas por el “resurgimiento” de la enfermedad en el norte de Siberia.

El fotógrafo y diseñador Tom Hegen explora con el proyecto ‘Twoº’, basado en imágenes aéreas totalmente cenitales, cómo los efectos del calentamiento global son más que evidentes y amenazan al planeta Tierra con consecuencias desastrosas.

“Desastre no sólo para el Ártico”

De acuerdo con el análisis del biólogo ruso, Boris Kershengolts, invitado a analizar el proceso del permafrost, las esporas de algunos virus, como el del ántrax, puede sobrevivir por hasta 2.500 años congeladas.

“Eso da miedo dado el deshielo de los cementerios de animales del siglo XIX”, aclaró al diario inglés The Telegraph.”Cuando se sacan del permafrost y se ponen a nuestra temperatura, reviven”, agregó.

“Sería un desastre no solo para el Ártico. La catástrofe podría superar a Chernobyl. La amenaza de epidemia es real, ya que un brote de Ántrax en 2016, el primer brote en 70 años, en el Ártico en Yamal, en el noroeste de Sibera, estuvo relacionado con el deshielo del permafrost. Los científicos lograron aislar las cepas de Anthrax Bacillus anthracis y aislaron la cepa en Yakutia de forma independiente en 2015, aunque no se produjeron brotes allí”, contó.

Las fotos de ‘Twoº’ demuestran como “la superficie de la capa de hielo del Ártico no es una planicie de hielo, es más como un queso suizo, cubierto con miles de ríos y lagos de temporada en la superficie a través del cual el agua derretida puede fluir sobre el hielo, entrar en él y luego fluir hacia el océano”.

Cerca de dos tercios de Rusia están formados por permafrost, la que incluye casi toda el área conocida como Yakutia, hasta ahora considerada la ciudad más fría de la tierra.

Según los registros el área también alberga lugares de enterramiento masivo de animales y ganado que se cree que murieron a causa de enfermedades infecciosas como el ántrax y la viruela.

A ello se suma que a medida que el permafrost se descongela podrían incluso liberarse más bacterias antiguas y desconocidas.

H/T – Contextodiario