Si bien es cierto que las bebidas con alcohol no son tan saludables como un zumo de frutas o el agua, la cerveza tienen cosas buenas para destacar… ¡Incluso está recomendada dentro de una dieta equilibrada!

Antes de nada, es bueno aclarar que beber alcohol en exceso es malo. Sin embargo, consumir una copa a la semana aporta ciertos beneficios. Seguro sabrás que, por ejemplo, el vino en la cena es bueno para la salud cardíaca.

La cerveza es de baja graduación alcohólica y entre sus componentes encontramos:

Lúpulo: solamente está disponible en la cerveza, tiene un sabor amargo y estimulante del apetito.

Malta: Proporciona hidratos de carbono, minerales, vitaminas y ácidos grasos.

Agua: Es una parte fundamental de la receta al elaborar la bebida. Su contenido es mayor que cualquier otro ingrediente.

La cerveza, según los expertos, puede satisfacer una parte de las necesidades de potasio y fósforo de una persona adulta.

En el caso de la versión sin alcohol vale decir que tiene una buena dosis de vitaminas del grupo B. Se recomienda en atletas, mujeres embarazadas o lactantes y aquellos que no quieren o no deben consumir alcohol.

Si la bebemos con moderación no podemos decir que la cerveza sea perjudicial para la salud, sino todo lo contrario. Al estar fabricada con plantas y granos (como la cebada, el lúpulo y el trigo) está repleta de nutrientes, tales como el calcio, el zinc, el potasio y el fósforo.

Cuenta a su vez con una buena dosis de fibra soluble que previene el tránsito lento y el estreñimiento al mismo tiempo que ayuda a mejorar la digestión.

Según una investigación en la llevada a cabo en China, la cerveza podría prevenir enfermedades causadas por el deterioro de las neuronas (entre ellas el alzhéimer y el Mal de Parkinson).

El estudio revela que el estrés oxidativo de las células (que provoca este tipo de enfermedades degenerativas) se reduce gracias al lúpulo contenido en la cerveza si es que se toma con moderación.

Además la bebida podría reducir la posibilidad de sufrir osteoporosis debido a que contiene silicio. Este mineral ayuda al crecimiento óseo y al fortalecimiento de los huesos.

Los compuestos vegetales de la cerveza ayudarían a prevenir la aparición de algunos cánceres, la diabetes y los síntomas de la menopausia.

Pero también la salud renal se ve beneficiada con el consumo de cerveza. Así como lo lees. Beber sin excederse evita el riesgo de padecer cálculos en los riñones, ya que contiene una buena cantidad de agua.

El efecto diurético de esta bebida permite eliminar las toxinas acumuladas en el organismo a través de la orina.

Por si no fuera suficiente, vale decir también que detiene la liberación del calcio de los huesos a otras partes del cuerpo. Esto significa que evita la formación de piedras o cálculos en los riñones.

La salud cardíaca estará protegida si bebes una cerveza de vez en cuando (algo similar a lo que sucede con el vino tinto en las comidas). El consumo de esta bebida disminuye el riesgo de padecer problemas al corazón como, por ejemplo, accidentes cerebrovasculares (ACV), infartos de miocardio o arteriosclerosis.

Reduce el colesterol “malo”. Cuando bebemos cerveza ayudamos a la sangre a desprenderse de la grasa acumulada en las paredes de las arterias. No solo disminuye el colesterol malo o LDL, sino que también aumenta el bueno o HDL.

Los expertos aseguran que con dos vasos semanales es suficiente.

Beber cerveza de manera moderada mejora la respuesta del sistema de defensas en las mujeres adultas (todo lo contrario sucede si consumimos en grandes cantidades).

Las enfermedades infecciosas se mantendrán alejadas de nuestro organismo ya que el sistema inmunitario se encargará de evitar su ingreso al cuerpo.

Puedes hacer la prueba y beber cerveza durante el invierno, es probable que te enfermes menos de gripe, resfriados o dolor de garganta.

 

Ahora ya lo sabes, puedes beber una pinta de vez en cuando sin sentirte culpable.

H/T – Mejorconsalud.com