En el libro del Apocalipsis, del Nuevo Testamento, se habla de una bestia que lleva un nombre en forma de número «666» y que posee siete cabezas y diez cuernos. Pero lo cierto es que existen numerosas controversias históricas acerca de su origen, significado, e incluso sobre el número en sí.

Para muchos especialistas en la materia, la verdadera marca de la bestia es en realidad el «616», y que asociarla al 666 se debe a errores de traducción. En ediciones críticas del texto griego, como la Novum Testamentum Graece, se señala que el número 616 es una variante;​ mientras que en el manuscrito más antiguo existente y otras fuentes tempranas como el Codex Ephraemi Rescriptus, el número de la bestia es 616 (ΧΙϚ), no 666.

En el imaginario colectivo el número «666» está habitualmente relacionado con Satanás y con el Anticristo, y esto se debe a lo señalado en el libro de Revelaciones de San Juan del Nuevo Testamento: «Aquí hay sabiduría: El que tiene entendimiento, cuente el número de la bestia, pues es número de hombre. Y su número es seiscientos sesenta y seis».

Por su parte, en los Papiros de Oxirrinco, uno de los manuscritos en griego más antiguos de los que se tenga conocimiento, muestran al 616 como el número de la bestia. Algunos historiadores creen que las discrepancias respecto a esta cifra tienen que ver con que los romanos expresaban los números con letras con distinto valor numérico que los griegos.

De esta forma, el 666 en denominación romana podría referirse a Nerón o al emperador Domiciano, dos personajes famosos por sus persecuciones a los antiguos cristianos. La traducción del 616 a fonemas, en cambio podría significar que el César mató cruelmente a Jesucristo.

H/T – TuHistory