En enero de 1967, James Bedford se convirtió en el primer hombre en ser criogenizado, es decir, que fue congelado usando un proceso que, en teoría, preserva sus órganos y tejidos para que, en un futuro, puedan descongelarlo y curarlo del cáncer terminal de páncreas que había hecho metástasis en sus pulmones hace medio siglo.

El proceso que usaron para congelar su cuerpo, es similar al que se aplica hoy en día para congelar óvulos y esperma, que pueden descongelarse para usarse varios años después de haber sido recolectados. Y es una técnica que se inspira en ranas y algunos tipos de virus capaces de sobrevivir a un congelamiento, un proceso que normalmente es destructivo porque el hielo que se forma en el interior del cuerpo destruye las paredes celulares.

En el caso de Bedford, entregó su cuerpo a la Life Extension Society (hoy Alcor Life Extension Foundation), que inyectó su cuerpo con dimetilsulfóxido, un compuesto que ya no se usa solo y que, dicen los expertos, probablemente dañó su cerebro más allá de toda posibilidad de reparación.

Actualmente, el dimetilsulfóxido se combina con sacarosa y etilenglicol para reemplazar la sangre de la persona que será criopreservada. El doctor Rodolfo Goya, investigador experto en el tema y firme defensor de la criogenización, tiene todo listo para ser criopreservado en EEUU cuando muera.

“Los crionicistas creemos en la especie humana, en nosotros mismos, en definitiva. La especie humana, mediante la ciencia y la tecnología, va a lograr vencer la muerte”, explica Goya.

tanques cuerpos congelados

H/T – Eldiariony.com