El centro de una misteriosa estación de radio que transmite desde la Guerra Fría está ubicada en una zona pantanosa en Rusia, detrás de una oxidada reja de hierro hay una colección de torres de radio, edificios abandonados y líneas eléctricas, rodeadas de una muralla de piedra.

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Durante los últimos 35 años y las 24 horas del día, esta emisora ha estado transmitiendo un zumbido monótono y se crees que es la sede de una estación de radio “MDZhB”, que nadie sabe quién la dirige.

Cada pocos segundos, aparece un segundo sonido, como si fuese un fantasmal barco haciendo sonar su sirena de niebla. Luego, el zumbido continúa. Además, una o dos veces a la semana, un hombre o una mujer leen algunas palabras en ruso, frases como «bote inflable» o «especialista en agricultura». Y eso es todo lo que emite.

Incluso, cualquiera en cualquier lugar del mundo puede escucharla, sintonizando una radio en la frecuencia 4625 kHz. De hecho, tiene decenas de miles de seguidores que la conocen como The Buzzer (El Zumbador), pero nadie sabe lo que están escuchando en sí.

«No hay absolutamente ninguna información en la señal», dice David Stupple, un experto en inteligencia de señales de la City University, de Londres.

Algunos creen que la frecuencia pertenece a las fuerzas militares rusas, aunque nunca lo hayan admitido.

El caso es que comenzó a transmitir por primera vez hacia el final de la Guerra Fría, cuando el comunismo estaba en declive. Pero, extrañamente, después del colapso de la Unión Soviética, en vez de cesar sus transmisiones, la actividad de la estación aumentó. Mientras tanto, abundan las teorías para explicar el propósito del zumbido.

Una de ellas sugiere que serviría de señal si Rusia es blanco de un ataque nuclear. En ese caso, el sonido desaparecería y automáticamente desencadenaría una represalia.

La idea no es tan loca como suena. El sistema fue por primera vez usado en la era soviética, tomando la forma de un sistema informático que escaneaba las ondas de radio en busca de señales de vida o lluvia atómica.

Muchos expertos creen que todavía podría estar en uso. Tal y como destacó el presidente ruso, Vladimir Putin, a comienzos de año, «nadie sobreviviría» una guerra nuclear entre Rusia y EE.UU.

En realidad, hay pistas en la señal. Como todas las radios internacionales, el zumbido opera a una frecuencia relativamente baja, conocida como «onda corta», las cuales pueden rebotar de partículas cargadas en la atmósfera superior, permitiendo recorrer en zig-zag miles de kilómetros, en vez de decenas de miles.

Éstas son usadas por los barcos, aviones y las fuerzas militares para enviar mensajes a través de continentes, océanos y cordilleras. Sin embargo, hay una trampa. La capa superior de la atmósfera no es tanto un espejo plano, sino una onda. Durante el día va subiendo constantemente, mientras que a la noche baja hacia la Tierra.

Para tener la absoluta garantía de que tu estación pueda ser escuchada en el otro lado del planeta es vital cambiar la frecuencia dependiendo de la hora del día.

Otra idea es que la estación de radio existe para «sondear» qué tan lejos está la capa de partículas cargadas.

Entre más tiempo tome la señal para subir hacia el cielo y volver a bajar, más alta tiene que estar.

Pero, para analizar la altitud de la capa, la señal normalmente debería tener un particular sonido, como una alarma que se enciende, el resultado de variar las ondas para tener ese tono.

H/T – Madrispress