El hallazgo de unos tomatillos fosilizados en Argentina, cuya antigüedad se calcula en unos 52 millones de años, lleva a los expertos a repensar la evolución de las solanáceas, una familia de plantas a la que pertenecen cultivos como las patatas y los pimientos.

No dejes de ver: Cultivan semillas de 800 años de antigüedad. Insólito resultado

De acuerdo a una investigación publicada en la revista ‘Science’, los fósiles demuestran que esta familia es considerablemente más antigua de lo que se pensaba, según explicó Peter Wilf, profesor de la Universidad  Estatal de Pensilvania.

Incluso, se creía que el grupo de los tomatillos a los que pertenecen los fósiles, situado bien atrás en el árbol evolutivo de esta familia de plantas, tenía apenas unos 10 millones de años.

“Se pensaba que la familia entera de las solanáceas tenía unos 30 millones de años, pero basándonos en estos nuevos fósiles, debe ser considerablemente mayor, al menos tan antigua como los últimos dinosaurios”, señaló Wilf.

Hoy en día, existen más de 2.400 especies de solanáceas, una familia con una importancia “tremenda”, tanto para el campo científico como para la economía y la cultura: no solo incluye especies como los tomates o las patatas, sino que también es fuente de compuestos farmacéuticos.

Hasta los momentos no había frutos u hojas fósiles de esta familia, por lo que faltaba evidencia física básica para conocer cómo y dónde había evolucionado.

Los únicos fósiles de solanáceas que se habían hallado hasta ahora consistían en pequeñas semillas y madera, que solo podían ser asignados a la familia en su totalidad y no a un género en particular.

“Eso era como encontrar pelaje. Eso dice que tienes un mamífero, pero puede no decirte si tienes un alce o un jaguar”, agregó Wilf.

En cambio, los fósiles hallados en Argentina pudieron ser asignados a una parte del árbol evolutivo de la familia e incluso a un género actual, el physalis, al que pertenecen los tomatillos.

Eso fue posible ya que los nuevos fósiles están preservados “en una forma increíble”, con muchos detalles que “nadie imaginó” que podían fosilizarse, como el cáliz y la baya interior que este posee.

Para Wilf, el lugar en el que estos fósiles fueron encontrados es tan importante como su edad, pues a excepción del ejemplar de madera, los dos especímenes nuevos son los primeros hallados en el hemisferio sur. “Por mucho tiempo se ha creído que las solanáceas han evolucionado en Suramérica y estos fósiles brindan la primera evidencia física que sustenta esa idea”.

Los ejemplares provienen de Laguna del Hunco, en la sureña provincia argentina de Chubut, un sitio conocido por su “preservación espectacular de inusuales y delicados fósiles de plantas, insectos, sapos y peces, entre otros”, según Wilf.

tomatillos-fosiles-argentina

H/T – Versión Final